El Atlético de Madrid es uno de los equipos con mejor plantilla de Europa. Por posiciones cuenta con algunos de los futbolistas más importantes.
La primera temporada de Joao Félix en el Atlético de Madrid no fue como se esperaba. El jugador portugués se convirtió el pasado verano en el fichaje más caro de la historia del club rojiblanco, que pagó por él 127 millones de euros y las expectativas eran muy elevadas.
Habiendo grandes partidos por su parte y también habiendo dejado señales de su enorme calidad, aún no ha sido ese jugador transcendente y sobre todo regular. Se espera que dé lo mejor de sí en esta campaña.
Eso no ha evitado que el jugador sea contemplado como uno de los futuros cracks de este deporte, con potencial para ser Balón de Oro. Siendo así, clubs con capacidad económica a los que se les escapó en su momento el joven astro portugués, le tienen en su punto de mira.
El diario británico Daily Star coloca a João Félix en la lista de potenciales refuerzos del Manchester United de cara al futuro. Los ‘Diablos Rojos’ tenían a Jadon Sancho como principal objetivo para esta ventana de fichajes, pero la intransigencia del Borussia Dortmund en negociar al extremo inglés por debajo de los 100 millones de euros, llevó a Ed Woodward, responsable de la política de contratación del club.
João Félix aparece en esa lista, según la fuente, junto a Douglas Costa (Juventus) y Gareth Bale (Real Madrid). El joven internacional portugués, hay que recordarlo, fue contratado hace poco más de un año por el Atlético de Madrid al Benfica por 127 millones de euros.
Según los medios ingleses el equipo Old Trafford tiene un arma importante de su lado, que son las buenas relaciones con Jorge Mendes, quien también ayudó a llevar a Bruno Fernandes a Manchester recientemente. El sueño de reunir a los dos internacionales portugueses podría hacerse posible gracias al agente.
Sin embargo, el Atlético de Madrid no tiene constancia de ello ni preocupación en este sentido porque aparte de que tiene un contrato hasta 2026, cuenta con una cláusula de rescisión de 300 millones de euros. Y la nula intención por parte de los responsables rojiblancos de facilitar salida alguna.